Adiós Scrum

Pues sí, en este punto, después de tantos años usando Scrum, hemos decidido dejar de usarlo o seguirlo. No es que Scrum no funcione, simplemente que no sabemos usarlo. Parece simple, pero es complejo por todo el contexto que debemos tener para seguirlo bien, y no hemos sido capaces de crearlo.

Los primeros problemas que nos encontramos son que nos somos capaces de crear un alcance lo más fijo posible al que el equipo se ha comprometido. Durante el sprint aparecen incidencias, aparecen casos de soporte y aparece cambios de alcance solicitados por negocio, y todo esto por supuesto, más prioritario que las tareas del propio Sprint. Esto suponía otro problema, tanto cambio de contexto y tantas tareas sin finalizar al final del sprint minaban la confianza y estima del equipo, que veían que no estaban cumpliendo con lo que ellos mismos habían deseado y se había comprometido.

Además, apareció otro bendito problema. Incorporamos al equipo 2 perfiles muy técnicos para dar un empujón a ciertas tareas, mejorar las aplicaciones y mejorar al propio equipo. Estas personas no participarían directamente en tareas funcionales del propio sprint pero sí podrían participar en deuda técnica o nuevas mejoras técnicas, con lo que era complicado ver su capacidad real en el sprint para decidir un alcance, y queríamos ver en la misma pizarra esas tareas para que todo el equipo fuera consciente.

Por todos estos motivos, nos hemos pasado a un Kanban. El objetivo es tener a todo el equipo y todas las tareas integradas en la misma pizarra. Hemos creado más columnas para tener todo más controlado, lo cual nos permite de un solo vistazo saber cómo está todo con visión global. Favorece también la replanificación y repriorización, y nos hace enfocarnos en hacer más entregas con menos tareas y en seguir avanzando las tareas en el flujo hasta conseguir cerrarlas, y todo de forma visual y gracias al wip y a que tenemos todo en una única pizarra.