Échame la bronca

 Toda rotación no deseada en un equipo suele ser un palo, pero al final si se produce por buenos motivos como una oportunidad laboral para esa persona, pues bienvenido sea para ella, nos alegramos. 



Los discursos de despedida pueden ser emocionantes. Que te reconozcan una buena gestión del equipo y de alcance, en general de equipo, es algo que nos llena de orgullo, como no puede ser de otra manera. Incluso que te reconozcan una buena gestión de problemas e incidencias donde siempre nos centramos en la solución en lugar de buscar culpables y en la forma de trasladarlo al equipo, siempre de forma positiva sin echar broncas. 

Venga, es algo bueno, pero a la vez, hace pensar. Que una persona te felicite por esto, lleva a pensar en qué clases de equipo estuvo antes, con qué líderes/jefes tuvo trato, para llegar al punto de felicitarnos por esto. 

Pero nos vamos a quedar con lo positivo, que nos toma como ejemplo para replicar esta forma de gestión. Algo bueno estamos haciendo.


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