Piense y hágase rico

Nuevo libro "Piense y hágase rico", de Napoleon Hill. Un clásico para alcanzar la riqueza. Este libro vino comentado y destacado en "Padre rico, padre pobre" de Robert T. Kiyosaki.

También puedes disfrutar del libro en formato audible desde aquí: 

Resumen 

Es una obra clásica de desarrollo personal y motivación que explora los principios fundamentales para alcanzar el éxito financiero y personal. Hill destaca la importancia de la mentalidad positiva, la autosugestión, y la persistencia. A través de entrevistas con personas exitosas, el autor identifica trece principios clave, como el deseo ardiente, la fe, y la planificación organizada, que pueden transformar los sueños en realidad. Este libro es una guía para aquellos que buscan mejorar su vida y alcanzar sus metas mediante el poder del pensamiento y la acción decidida. 

El libro empieza bien pero poco a poco se va metiendo en temas filosóficos que depende del momento en el que estés, los soportarás o no.

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Lo más destacado

Tener un propósito bien definido. La oportunidad suele aparecer por la puerta de atrás, es muy importante saber reconocerla. No abandones ante una frustración temporal. 

Es importante tener una buena idea.

Pasos hacia la riqueza: 

1. El deseo

2. La fe 

3. La autogestión 

4. El conocimiento especializado 

5. La imaginación 

6. La planificación organizada: la cristalización del deseo en acción 

7. Decisión: dominio de la dilación 

8. Perseverancia 

9. El poder del trabajo en equipo

10. El misterio de la transmutación del sexo

11. El subconsciente 

12. El cerebro y el pensamiento

13. El sexto sentido: la puerta del templo de la sabiduría 

Pasos del deseo:  

1. Determine cantidad de dinero que quiere hacer

2. Determine que dará a cambio

3. Establezca un plazo de tiempo para conseguirlo

4. Cree un plan

5. Escriba estos puntos 

6. Repítalos varias veces para generar el deseo pensando que ya lo tiene

Cuanto más te repitas algo a ti mismo es más fácil que te lo creas, tanto para bien como para mal (autosugestión). La persona que gana es la persona que piensa que puede.

La perfección aparecerá con la práctica. No puede aparecer por el mero hecho de leer las instrucciones. 

Tú eres el que pone el precio por obtener lo que quieres. 

El conocimiento general no resulta muy útil en la acumulación de dinero. Lo más importante es saber dónde obtener el conocimiento que se necesita y disponer de planes de acción. 

Las personas que tienen éxito nunca dejan de adquirir conocimientos especializados, relacionados con su objetivo principal, negocio o profesión. 

Nunca se aprecia lo que se adquiere sin esfuerzo, sin coste, incluso muchas veces se desacredita. 

Hay en la gente una debilidad para la que no existe remedio alguno: la falta de ambición. 

Sobre la imaginación: la única limitación del hombre es su facultad de razonamiento. Imaginación sintética vs. Imaginación creativa. Ambas se agudizan cada vez más por el uso. Ejercita la imaginación. 

Dejar de pensar tanto y pasar a la acción, tomar la decisión. 

La riqueza no se debe al trabajo duro, ni a la honradez, ni a la suerte o al azar. Se debe al resultado de exigencias definidas basadas en la aplicación de planes definidos. 

El principio del trabajo en equipo no se obtiene donde la armonía perfecta no reina. 

Si un plan fracasa, intente otro, y así sucesivamente hasta que haya uno que dé resultados. La clave aquí es la perseverancia. Los que abandonan nunca ganan, y un ganador nunca abandona.

El buen líder entrena a suplentes en quienes pueda delegar, a voluntad, cualquiera de los detalles de su posición. Sólo de ese modo un líder puede multiplicarse y prepararse para estar en muchos lugares y prestar atención a muchas cosas al mismo tiempo. 

Causas importantes del fracaso: 

- Falta de un propósito definido en la vida

- Falta de ambición 

- Educación insuficiente 

- Falta de autodisciplina 

- Mala salud (incluye comer mal y no hacer deporte)

- Mala influencia en la niñez 

- Dejarlo todo para más adelante 

- Falta de persistencia 

- Personalidad negativa 

- Tardar en tomar decisiones 

- Precaución excesiva 

- Superstición y prejuicio 

- Ser derrochador 

- Falta de entusiasmo 

- Incapacidad de colaborar con los demás 

- Ser deshonesto 

- Egoísmo y vanidad 

- Falta de capital 

- y algunos más...

El sistema está controlado por la ley de le economía capitalista, que no reconoce ni tolera durante mucho tiempo dar sin recibir. 

Tomar decisiones rápidas y definitivas. Cambiarlas con lentitud. Guíate por tu propio consejo, evita opiniones de los demás si no te convencen. Para evitar esto, modestia y silencio, no hables demasiado de tus planes: mantener la boca cerrada y los ojos y oídos bien abiertos. 

Ser perseverante es clave.

No temas a la crítica. No dejes que otros influencien tus decisiones por el miedo al qué dirán. 

El poder de las emociones positivas. 

La mente humana responde a los estímulos. 

Haga que sus emociones positivas trabajen para usted. Evita: temor, celos, odio, venganza, avaricia, superstición, cólera. Para conseguirlo usar la ley del hábito (ver Hábitos atómicos).

Necesitas eliminar los 3 enemigos de la mente: la indecisión, la duda y el temor. 

Muchos tienen la costumbre de mirar el lado negativo de toda circunstancia, de pensar y hablar de posible fracaso, en lugar de concentrarse en los medios para alcanzar el éxito. 

Debería ser considerado un crimen el que cualquier padre o madre produzca en su hijo complejos de inferioridad por medio de la crítica innecesaria.  No hay que temer a la crítica. 

Hay que evitar tener el hábito de matar la iniciativa, la imaginación y la confianza en sí mismo por creer falsamente que se es demasiado viejo para ejercer esas cualidades. 

Disfruta la vida. Elimina el temor a la vejez tomando la decisión de aceptarla, no como un obstáculo, sino como una gran bendición que lleva consigo la sabiduría, el autocontrol y la comprensión que no se conocen en la juventud. 

Protégete de las influencias negativas. 

Tienes que tener control absoluto sobre tu mente, sobre tus pensamientos. 

Si se vacila antes de mover, o si se descuida hacer el movimiento rápido, el tiempo nos vencerá. Se juega contra un contrincante que no tolera la indecisión. 

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